Columna enviada a diarios de Colprensa el 24 de noviembre, 2011
Le fue bien al Presidente Santos en su visita al Reino Unido y Turquía. En momentos en que nuestros principales socios enfrentan grandes dificultades económicas, resulta urgente tratar de diversificar mercados y promover nuevas inversiones. Y está muy bien que Santos trate de aprovechar sus conexiones internacionales para beneficiar a Colombia y los colombianos.
En Londres no sólo se reunió con el Primer Ministro, David Cameron, el Secretario de Asuntos Exteriores, William Hague, y otros altos funcionarios, dirigentes de los principales partidos de oposición, parlamentarios y sector privado, sino que fue recibido por la Reina. Cerró su visita con una reunión con el Príncipe Carlos.
El Primer Ministro fue especialmente caluroso al expresar que están “muy impresionados” con el liderazgo de Santos, especialmente en lo que respecta a la agenda económica, y con el papel de nuestro país en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Es muy difícil que un Presidente de un país latinoamericano sea recibido en el Reino Unido con todos los honores. La visita debió ser particularmente satisfactoria para el Presidente Santos, quien estudió en Londres y vivió allí por 10 años, cuando trabajaba con la Federación Nacional de Cafeteros y representaba a Colombia en la Organización Internacional del Café. Santos es uno de los colombianos que mejor conoce y entiende las instituciones, la economía y la cultura británicas. Además, aprecia el país y considera a Londres su segundo hogar.
Está bien, entonces, que como Presidente, Juan Manuel Santos trate de aprovechar sus conexiones internacionales para generar beneficios para Colombia y los colombianos. Con la difícil situación que las economías de nuestros principales socios comerciales están atravesando, resulta urgente que se busquen oportunidades de exportación y cooperación en otras tierras. Así mismo, que se aproveche el buen momento de Colombia para promover inversiones extranjeras.
Lo anterior le viene como anillo al dedo al actual gobierno del Reino Unido, interesado en acercarse más a la América Latina. Colombia puede ser una buena puerta de entrada.
En sus presentaciones oficiales, el Presidente utilizó un cuidadoso lenguaje diplomático, al resaltar los avances de Colombia y los cambios en su política exterior. En la conferencia de Canning House, por ejemplo, afirmó que “en el campo internacional, me comprometí desde el primer día en hacer del respeto, la cooperación y la diplomacia los ejes de nuestras relaciones exteriores. Y así hemos obrado”. Remató señalando que “nos hemos concentrado en consolidar las mejores relaciones con los países de nuestra región y del mundo”.
En sus intervenciones improvisadas, y es el caso de la que hizo frente a la comunidad de colombianos que viven en Londres, fue más explícito en marcar diferencias con la política exterior de su antecesor. Se le escaparon unos “ya” que deben tener con los pelos de punta a algunos de los más ardientes uribistas: “Por fortuna, ya la agenda nuestra en materia de política exterior ha cambiado sustancialmente”, dijo. “Colombia ya está comenzando a ser cada día más admirada y respetada”, añadió.
Como resultados iniciales de esta visita se cuentan el interés del Reino Unido en buscar el aumento del comercio en ambas vías y el compromiso de brindar asistencia técnica a Colombia en los campos de asociaciones público-privadas, derechos de tierras y mecanismos de acceso a la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, conformada, en su mayor parte, por los países que están en las grandes ligas.
El Ministro de Asuntos Exteriores para América Latina aprovechó la visita del Presidente Santos para invitar a las universidades e institutos de investigación de su país para que le den prioridad a las de Colombia, dentro de sus iniciativas de cooperación externa. Importante y oportuna esta colaboración, para ver si logramos mejorar la deficiente calidad de muchas de nuestras universidades.
Su viaje a Turquía y la apertura de una Embajada en Ankara es interesante, pero con resultados menos obvios e inmediatos para Colombia. Con casi 75 millones de habitantes, dicho país tiene un pié en Europa y otro en el Medio Oriente. Su importancia estratégica ha aumentado. Así mismo, los problemas que le origina su vecindario con Siria.
Uno de los objetivos del gobierno Santos es el de fortalecer las relaciones y el intercambio con los países emergentes considerados promisorios, bautizados como los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sur Africa). De allí que se hayan retomado las negociaciones para la suscripción de un tratado de libre comercio con Turquía y otro para la protección de inversiones.
Para el sector privado colombiano será más difícil abrir nuevos negocios con un país sobre el que conocemos poco. Con tratados o sin tratados, se requerirán tiempo y esfuerzos.
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