sábado, 31 de marzo de 2012

EL PAPA EN CUBA

Columna que aparecerá mañana domingo en algunos periódicos asociados a Colprensa.

La visita de Su Santidad a Cuba dejó satisfechos a algunos y descontentos a varios. Si algo probó este viaje es que Benedicto XVI no es Juan Pablo II. Su pragmatismo y frialdad germanos contrastan profundamente con el calor humano y carisma del venerado Pontífice.

Los disidentes cubanos que viven en la isla y los cientos de miles que migraron a los Estados Unidos y a otros países esperaban que durante su visita a Cuba, Su Santidad Benedicto XVI hiciera pronunciamientos más directos y fuertes contra la persecución política a la que muchos están sometidos, o que, por lo menos, recibiera a las Damas de Blanco como símbolo del apoyo de la Iglesia a los presos políticos. Ni lo uno ni lo otro.

Se refirió a la necesidad de que se respeten los derechos humanos y la libertad, pero el lenguaje que utilizó fue excesivamente cauto. No pidió públicamente la liberación de los presos políticos, como lo hiciera en su oportunidad Juan Pablo II. En lo que si fue bastante directo fue en el tema de la libertad religiosa, al afirmar que cuando la Iglesia pide que se respete "no está reclamando privilegio alguno, pretende ser sólo fiel al mandato de Cristo, sabedora de que donde Cristo se hace presente el hombre crece en humanidad y encuentra su consistencia".
Una de sus pocas críticas que hizo al régimen fue bastante discreta. Señaló que la búsqueda de la verdad por parte del hombre puede llevar a algunos a “la irracionalidad y el fanatismo”, encerrándose a sí mismos en “su verdad” y tratando “de imponerla a los demás”.

Uno de sus pronunciamientos más directos, infortunadamente lo dejó para el final de su visita, cuando estaba a punto de abordar el avión que lo llevaría de regreso a Roma. Afirmó que Cuba debe ser “la casa de todos y para todos los cubanos, donde vivan la justicia y la libertad en un clima de serena fraternidad”.

Todo parece indicar que el Papa no quiso arriesgar los avances logrados y la convivencia pacífica entre la jerarquía católica local y el gobierno. De allí que su agenda para la visita haya sido eminentemente pastoral y concreta. Más la agenda para un Obispo que para el Sumo Pontífice da la Iglesia Católica. Por una parte, habría buscado llegar al corazón de muchos católicos que han abandonado la fe y reforzar el papel de la Iglesia cubana en cuestiones morales y sociales. Por la otra, recuperar espacios educativos. Para lograr esto último, durante su visita privada con Raúl Castro, el Papa solicitó que se autorice a la Iglesia para que abra y administre colegios.
Muchos cubanos son creyentes, pero resulta imposible asegurar que la mayoría sea católica o cristiana. Combinan, lo que el comentarista Fernando Ravsberg denomina “un ajiaco” de creencias, entre las que la Santería ocupa un lugar prominente. Esas particularidades hacen difícil la conquista del alma de los cubanos, sobre todo de parte de un frío y poco carismático Sumo Pontífice.

miércoles, 28 de marzo de 2012

La pelea por la presidencia del Banco Mundial

Publicada en mi blog DESDE WASHINGTON en Semana.com el 23 de marzo, 2012.

El viernes pasado venció el plazo para la inscripción de candidatos para la Presidencia del Banco Mundial. El nombre de José Antonio Ocampo, destacado economista colombiano, y el de la actual ministra de Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, fueron inscritos oficialmente, junto con el de Jim Yong Kim, propuesto por los Estados Unidos.

El Banco Mundial es la más importante institución de crédito internacional, con operaciones de préstamo que el año pasado superaron los 50.000 millones de dólares.

El mecanismo de elección, tanto para la Presidencia del Banco Mundial como para la Dirección del Fondo Monetario Internacional, es poco democrático, nada transparente y otorga un peso fundamental a la nacionalidad de los candidatos. De acuerdo con el sistema tradicional de cuotas imperante, el máximo cargo en el Mundial “pertenece” a un estadounidense. Los Estados Unidos es el país con mayor aporte a su capital. La dirección del Fondo Monetario Internacional “le corresponde” a un europeo. Históricamente se ha buscado mantener la capacidad de apalancamiento financiero de los países más poderosos.

Pero el mundo ha cambiado. Muchos países del antes llamado Tercer Mundo son los prometedores gigantes del mañana. En consecuencia, aspiran a que sus nacionales, los que tengan la experiencia y formación necesarias, puedan acceder a dichos cargos. De allí que hayan entrado en rebeldía. Quieren cambiar un sistema de asignación por nacionalidades, a uno basado esencialmente en méritos.

Desde el miércoles se había conocido la disposición de varios países latinoamericanos de apoyar el nombre de Ocampo. El jueves, el economista colombiano aceptó públicamente que se le nominara y se comprometió a “dar la pelea” por el cargo.
Pero el gobierno de Colombia se desmontó de su candidatura: el Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, hizo ese mismo día declaraciones en el sentido de que el país seguirá enfocando sus esfuerzos en la elección de Angelino Garzón como cabeza de la Organización Internacional del Trabajo, algo que, en su concepto, es más probable que la elección de un colombiano en el Mundial.

El viernes, la Canciller María Angela Holguín reiteró la posición de Colombia: no apoyar la candidatura de Ocampo. ¡Qué enredo! Por una parte, un grupo de países proponía el nombre de un colombiano para tan alto cargo, por la otra, el Ministro de Hacienda y la Canciller decían que no lo estaban apoyando.

Desde el viernes quería publicar una columna sobre el tema pero los interrogantes que surgían eran grandes.

  1. ¿Cómo se había gestado la candidatura de José Antonio Ocampo?
  2. ¿Conversó con las autoridades colombianas?
  3. No siendo candidato del gobierno colombiano, ¿llenaba los requisitos para ser inscrito?
  4. ¿Qué posibilidades tiene de ser elegido?
Decidí rescribir la columna, después de que pudiera tener más tiempo para conversar con personas de distintos países, conocedoras del tema, y hablar con el propio Ocampo. De la información recogida entre diversas fuentes, pude llegar a algunas conclusiones:

1. La candidatura de Ocampo, así como la de Okonjo-Iweala, surgió por iniciativa del llamado Grupo de los 24, compuesto por representantes de países en desarrollo, como India y Brasil. El no la buscó. Su coordinador es un destacado economista hindú, quien fue el que puso sobre la mesa el nombre del colombiano. Posteriormente, se reunieron formalmente en Washington los directores del Banco Mundial que constituyen el Grupo de los 11 y representan esos países. Acogieron el nombre de Ocampo como el candidato por América Latina. Cuando inicialmente le hicieron la propuesta, Ocampo estuvo renuente.

2. José Antonio Ocampo habló con el Ministro de Hacienda y entendió que tendría la no-objeción del gobierno. Por otros canales le llegaron mensajes de que, aunque Colombia no podría presentar una candidatura al Mundial, vería con buenos ojos que otros países lo hicieran.

Los candidatos para la Presidencia del Banco Mundial no requieren ser presentados por sus propios países. Lo pueden hacer directores o gobernadores de otros. El requisito es el de que sean nacionales de cualquier país miembro. Deben llenar, además, condiciones de idoneidad y experiencia.

3. Indiscutiblemente, José Antonio Ocampo, tiene una hoja de vida que lo califica para ser Presidente del Banco Mundial: economista con un doctorado de la Universidad de Yale, ha sido varias veces ministro en Colombia. Su experiencia internacional en temas relacionados con el desarrollo es muy amplia y exitosa, como Director de la CEPAL y Secretario Adjunto en el área económica y social en Naciones Unidas. Hoy es académico en la Universidad de Columbia en Nueva York e investigador. Su nominación es fruto del reconocimiento a su hoja de vida y méritos.

4. Ocampo no es ingenuo. Tiene suficiente experiencia como para saber que, para un candidato distinto al de los EE.UU. el camino para la elección es empinado y difícil.

“Estoy en este proceso para dejar la constancia histórica de que la elección del Presidente del Banco Mundial tiene que hacerse de manera abierta y transparente, en la que los candidatos sean juzgados por sus méritos”, me dijo el domingo. “Es la primera vez en la historia que se puede dar esta condición”, añadió.

El viernes, la Ministra de Relaciones había explicado a la W que uno de los argumentos que ha presentado Colombia para impulsar la candidatura de Garzón a la OIT es la de que, así como el Banco Mundial es dirigido por los países desarrollados, la OIT deberían dirigirla los países en desarrollo. “Mal haríamos nosotros (en) sacar candidato al Banco Mundial (porque) se cae la estructura que hemos montado en la candidatura del vicepresidente Angelino Garzón”, habría sostenido.

Resulta válido que Colombia apoye el sistema de cuotas por nacionalidades. Sin embargo, queda la duda de que la misma posición hubiera sido defendida en los distintos escenarios en los que el país está representado. La autoridad en los temas relacionados con las instituciones multilaterales de crédito, incluido el Banco Mundial, es el Ministro de Hacienda. Frente a las demás instituciones internacionales, la autoridad es ejercida por la Canciller. ¿Se coordinaron suficientemente?

Siendo un hecho la inscripción de la candidatura de Ocampo, las posibilidades de que, después de todo, salga elegido, aumentarían si recibiera el apoyo del gobierno de Colombia. Como lo han expresado varios de sus colegas y un grupo de 11 mandatarios locales, su nominación es un honor para el país.

Debemos sentirnos orgullosos de que varios colombianos sean considerados para posiciones de liderazgo en organizaciones internacionales.

domingo, 18 de marzo de 2012

CIUDAD MUJER

Columna publicada por algunos diarios afiliados a Colprensa el 18 de marzo, 2012
Las cifras de violencia contra las mujeres en Colombia son escandalosas. Para resolver esta tragedia recurrente, será necesario hacer esfuerzos serios, más allá de la aprobación de nuevas leyes.
Las mujeres colombianas hemos avanzado y nos hemos superado en muchos campos. Sin embargo, un alto porcentaje sigue estando sujeto al maltrato y la violencia. En el año 2010, casi 52.000 mujeres se atrevieron a denunciar a sus cónyuges o compañeros por violencia física. Esta cifra es trágica si se tiene en cuenta que no incluye el alto número que no presenta quejas o reclamos contra ellos. Las razones para no hacerlo van desde la vergüenza, pasando por el temor frente a las amenazas de los agresores, hasta la idea de que ellas mismas provocaron el ataque. “Si mi agredió, tal vez me lo merecía”, es el raciocinio que algunas se hacen. Casi la mitad de las agredidas tiene entre 20 y 29 años. Los celos, en muchos de estos casos, constituyen la supuesta explicación.
La celebración del Día Internacional de la Mujer sirvió para que gobierno, medios de comunicación e investigadores llamaran la atención sobre estas conductas inaceptables.  Una de las peores es la de la violación. La llamada encuesta ENDS registró que, en 2010, el 6 por ciento de las mujeres entrevistadas admitieron haber sido violadas alguna vez en su vida. Este porcentaje no incluye las que han sido forzadas por sus actuales esposos o compañeros.
Sabemos que la violencia intrafamiliar se reproduce. Niños y niñas sometidos a maltratos en los hogares, o testigos del que se ejerce contra sus madres, tienen altas probabilidades de reproducir tales conductas en su edad adulta. De allí que la promoción de nuevas leyes con penas superiores para estos delitos sea una condición necesaria pero no suficiente para disminuirlos. Resulta fundamental llevar a cabo esfuerzos serios para mejorar la educación sexual desde la escuela, inculcar valores sobre los derechos y obligaciones de los dos sexos y, en general,  desarrollar una nueva ética contra todo tipo de violencia.
En algunos países existen iniciativas prometedoras para mejorar el bienestar de las mujeres. Bajo el lema “dignidad, fortaleza, igualdad”, la primera dama de El Salvador y Secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato, propuso el proyecto de Ciudad Mujer y obtuvo el apoyo financiero y técnico del Banco Interamericano de Desarrollo.  
La estrategia de Ciudad Mujer está basada en acercar varios tipos de servicios a las mujeres y concentrarlos, bajo un mismo techo, en centros ubicados en barrios populosos o municipios.
Las actividades comprenden la atención a víctimas de la violencia, adopción de medidas preventivas para evitar la revictimización, fortalecimiento de la autonomía económica de las mujeres y prestación de servicios de salud para sus hijos y ellas, con énfasis en la salud sexual y reproductiva. Cuando las mujeres acuden a una sede de Ciudad Mujer, pueden dejar sus niños en la guardería allí localizada. Las distintas instituciones presentes en estos centros coordinan entre ellas y cuentan con personal especialmente entrenado.
Vale la pena que el gobierno colombiano estudie esta experiencia y trate de adaptarla a nuestro medio.

sábado, 10 de marzo de 2012

¿Qué tableta comprar? Una decisión difícil

Columna publicada en mi blog DESDE WASHINGTON en Semana.com el 3 de marzo, 2012.

Entré relativamente tarde al uso de tabletas electrónicas. Vivía fuera de los Estados Unidos y todavía no estaba contagiada por el furor que estos aparatos estaban causando. La oficina donde trabajaba me había suministrado un BlackBerry y un buen laptop, y eso me parecía suficiente.
Apenas regresé a Washington, compré un BlackBerry de generación más reciente (el Torch) y un laptop de 13 pulgadas de Sony, el más liviano (3 libras),  delgado y rápido que en ese momento existía en el mercado. Si hubiera esperado seis meses, hubiera podido adquirir uno semejante, por menos de la mitad del precio. Desde entonces, decidí que debía estar mejor informada sobre los avances de la tecnología en esta área.
Sucedió, entonces, que me enamoré de las tabletas, a pesar de que no tenía claro para que las utilizaría, más allá de leer libros. (Eso ya lo venía haciendo en el sencillo Kindle de Amazon  que tenía mi marido). Cuando vi la publicidad del iPad de Apple y examiné de cerca el que tenía una amiga, sentí una emoción semejante a la que experimentaba cuando, de pequeña, iba a las tiendas de juguetes de los japoneses en San Antonio del Táchira, Venezuela: corazón palpitante, pulso acelerado y pupila dilatada.  
Quería comprarme este nuevo juguete electrónico pero no me decidí. Costo muy alto, 499 dólares para el modelo básico de 16 GB y muy pesado (1.33 libras) para leer en la cama o en la poltrona de mi biblioteca. No se justificaba adquirir un aparato de 10 pulgadas, cuando ya tenía un computador bastante liviano de 13.
Comencé a mirar las tabletas de la competencia, entre ellas las de Samsung, el fabricante coreano de pantallas de TV, teléfonos y computadores. Los precios me parecieron también exagerados, a pesar de que su tableta de 7 pulgadas, más liviana que la de Apple, se ajustaba a la idea que me había formado sobre lo que, personalmente, podría necesitar. Cuando uno se enamora de juguetes, trata de racionalizar unas supuestas necesidades.
A mediados del año pasado, cuando Amazon anunció el lanzamiento de su Kindle Fire, estudié detalladamente sus especificaciones y me convencí de que, finalmente, había encontrado la tableta que complementaba adecuadamente los aparatos que ya tenía. Con su pantalla de 7 pulgadas a colores, con una resolución que me parecía suficiente, 8 GB de memoria, 413 gramos de peso y un costo de sólo 199 dólares, tendría a mi alcance los cientos de miles de libros, películas y programas de TV que ofrece Amazon, más los periódicos de Colombia, Venezuela y España que leo muy frecuentemente y, por supuesto, la revista Semana que es el primer lugar en la Web que examino todos los días.
En septiembre me llegó el Kindle Fire y lo uso todos los días. El tamaño permite sostenerlo con una sola mano. Es suficientemente liviano para leer acostada. En segundos recibo los libros y videos comprados en Amazon.com. La nitidez de estos últimos es satisfactoria.  Lástima que el gigante de las ventas por Internet venda un número tan limitado de novelas electrónicas en español. Espero que alguien me aconseje en dónde hacerlo, a precios razonables.
Con ese precio comparativamente muy bajo, por supuesto el Kindle Fire tiene limitaciones. Las que son relevantes para mí son las siguientes:

·       No tiene posibilidades de conexión a las redes 3G. En consecuencia, no se puede utilizar como navegador.
·       Su antena es pequeña y en algunos espacios de la casa pierdo la señal del Internet.
·       Es lento para acceder a esa red.
·       El sonido, si no se usan audífonos, tiene bajo volumen.
·       No ofrece espacio para conectarle una memoria adicional externa.
·       A pesar de que es liviano, después de un rato sosteniéndolo con una mano, me canso.
Después de seis meses de uso, veo que una tableta resulta útil para mí, además de divertida. De allí que su compra esté justificada.
Frente a las limitaciones del Kindle Fire seguí investigando las nuevas tabletas que están saliendo al mercado. El nuevo modelo que Samsung lanzó este mes en el mercado de los Estados Unidos, el Galaxy Tab con pantalla 7.7, es muy atractivo: muy delgado y pesa menos que el Kindle Fire.  Es la primera tableta con pantalla Super AMOLED™ Plus. Los colores se ven increíbles y los contrastes más marcados. La resolución es de 1280 X 800 pixels. Su memoria interna es de 16 GB y se le puede conectar externamente otra de 32 GB. Tiene dos cámaras.  Sus altavoces son potentes. No solo se conecta a la red, sino también al sistema 4G LTE de Verizon.
De nuevo, el problema grave es el del costo. Casi 700 dólares si uno no se suscribe al servicio de transmisión de datos de Verizon. 499 si se suscribe y asume el costo mensual de 30 dólares (más impuestos y sobrecargos).
En consecuencia, me tocará esperar a que salga la nueva tableta de Asus MeMo 370T, que parece va a tener unas características semejantes a la última tableta de Samsung, pero con un precio que se rumora no será superior a 250 dólares. Amanecerá y veremos.








viernes, 2 de marzo de 2012

EL SANTO SANTORUM

“Suerte te de Dios que lo demás nada te vale”, dice el adagio.  Después de llegar a ocupar el primer lugar en las encuestas, con  sus pronunciamientos extremos, Rick Santorum perdió el apoyo de muchas mujeres y se autoinmoló en las primarias republicanas de los Estados Unidos.  Mitt Romney recuperó su posición como favorito.

En este proceso de selección del candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, Rick Santorum había tomado impulso y se había colocado en el primer lugar de las preferencias. Lo ayudó el que se presentara, no sólo como el auténtico republicano-conservador, sino como parte de una familia de inmigrantes italianos pobres, hecho a pulso. En contraste con el millonario Mitt Romney, se mostró capaz de entender las preocupaciones económicas de las clases medias. Se conocían algunas de sus posiciones extremas y pronunciamientos pasados sobre temas sexuales y reproductivos. Sin embargo, no habían ocupado un lugar central en su campaña y su plataforma. Pero a Santorum parece que lo dejó de iluminar el Espíritu Santo.

Antes de una primaria muy relevante, la de Michigan, sus creencias tomaron el lugar más destacado dentro de su discurso. En lugar de continuar profundizando sus propuestas económicas y sociales, el santo Santorum se autodesignó como el guardián de la fe cristiana y la moral.

Atacó la separación entre la iglesia y el Estado y declaró que las históricas declaraciones de Kennedy en defensa de dicha separación, le habían dado ganas de vomitar. No tuvo en cuenta que, cuando Kennedy, como primer católico con posibilidades de llegar a la presidencia de los Estados Unidos, manifestó su respaldo a dicho principio, no hizo cosa distinta que afirmar su respeto a la Constitución. Con ello, neutralizó los ataques de protestantes que pretendían asustar a los votantes con la tesis de que, una vez elegido presidente, Kennedy recibiría las órdenes del Papa.

Para Mitt Romney, perder en su propio estado Michigan, hubiera sido un golpe mortal. Para Santorum, ganar habría sido relativamente fácil, en razón de que Romney había atacado el salvamento gubernamental a la industria automovilística, que tiene su sede en dicho estado.

Pero Santorum no se pudo contener. Afirmó que Barack Obama era un “snob” por promover que los estudiantes norteamericanos vayan a la universidad. Dijo que los centros de educación superior adoctrinan a sus alumnos y perjudican el país. Como si lo anterior no fuera suficiente, reafirmó su oposición a todas las formas de control natal y al aborto, en cualquier circunstancia, incluyendo el peligro para la vida de la madre. Ante estos pronunciamientos, la prensa y los blogs no demoraron en recordar pasados declaraciones de Santorum contra el trabajo de las mujeres fuera de casa y los exámenes previos a los partos para verificar la salud del feto. En su concepto, dichos exámenes significan la promoción del aborto.

El resultado fue el de que las mujeres de todas las edades, que votaron en las primarias de Michigan, apoyaron mayoritariamente a Romney. Se asustaron ante la perspectiva de que un candidato extremista llegue a la presidencia y busque retroceder los avances logrados en muchos campos, después de históricos esfuerzos. Romney ganó las primarias de Michigan por un margen estrecho pero suficiente para regresar a la posición de favorito. En otras palabras, se le apareció la virgen.