miércoles, 25 de abril de 2012

Las fufurufas y fufurufos se tiraron la Cumbre

Columna publicada en mi blog DESDE WASHINGTON en Semana.com el 25 de abril, 2012.

¡Todos que estábamos tan contentos con la Cumbre! Y salieron las fufurufas con los muchachos del servicio secreto a tirarse la fiesta. Resulta inaceptable.

Tutina en todas las fotos de los eventos aparecía elegantísima. Definitivamente, su porte es el de una princesa española. Perdón, el de una princesa española no, porque las hijas del Rey Juan Carlos se parecen a Doña Sofía. Sufridas pero feísimas. Me estoy refiriendo a la esposa del heredero de la corona, Doña Letizia, con todo y su bulimia.

Habíamos logrado que los médicos en Cuba impidieran el viaje del Presidente Chávez, cosa que hay que agradecerles. Es posible que el autor intelectual del frenazo al Jefe de Estado Venezolano fuera el mismo Raúl. Hay que reconocer que, después de la visita de nuestra Canciller y la del Presidente, se mostró totalmente comprensivo frente a las razones que tenía Colombia para no invitarlo. Y el tipo es tan querido (al fin y al cabo caribeño), que se dejó convencer para no dejar venir a Chávez.

De otra parte, parece que fue el propio Fidel el que aceptó hacerle una llamada al Presidente de Nicaragua para que no se le ocurriera aparecerse por Cartagena durante la magna Cumbre. Para él resultaba preferible que Juan Manuel o Cristina de Kirschner fueran los encargados de defender la presencia de Cuba en las reuniones hemisféricas y no el desprestigiado y burdo Daniel Ortega, quien no tiene autoridad moral para defender la democracia modelo cubano. Menos burdo que su mujer, claro está, quien quedó muy apesadumbrada por no haber podido viajar y aprovechar la ocasión para visitar algunos curanderos famosos. Porque de éso también tenemos en Cartagena. No me estoy refiriendo a Campo Elías Terán, el Alcalde de la Ciudad Heroica, quien sale a las calles a caminar, después de sus duras jornadas de trabajo. Pero don Campo Elías parece no darse cuenta de lo que sucede en su ciudad. Ni siquiera del creciente número de muchachas, con minifalda y tacones de más de una cuarta, que se paran en las esquinas y les dicen piropos a los turistas. Debe ser que a él no lo piropean. Las fufurufas tienen razón.

Estábamos tan orgullosos porque nuestro Presidente había mojado carátula de la revista Time. En su edición para Africa, cierto, pero de todas maneras, Time es Time y no el diario del mismo nombre, en español, que tenemos en Colombia. Que a dios gracias regresó a manos colombianas, para ver si lo mejoran tanto en su versión impresa como en la virtual. Porque, justo es decir, los colombianos que vivimos en el exterior somos muy sufridos. En la página principal del .com no leemos sino noticias sobre muertos, nuevos acusados por corrupción, líos en la justicia y, por último, escándalos en el jet set. Ya no sabemos si creer en sus editoriales tan positivos o en su edición en el Internet.

En verdad, todos estábamos muy contentos. Hasta Obama había aceptado quedarse dos noches en Cartagena. La ciudad es tan atractiva que, hasta Hillary, quien fue una candidata presidencial muy serie y retraída, se animó a acompañar a sus colaboradores a un recreo en el Havana Bar. Tomó cerveza Aguila a pico de botella, rio a carcajadas y azotó baldosa para desentumirse, después de las eternas reuniones y discursos que tuvo que aguantar. Porque es que algunos cancilleres latinoamericanos son muy cansones. Dale que dale con lo de las Malvinas y con lo de Cuba.

Con lo del escándalo del servicio secreto, se aguó la fiesta. Salieron los congresistas republicanos a darse golpes de pecho y a decir que Obama no había vigilado bien a quienes están encargados de vigilarlo a él. Y que se había puesto en peligro la seguridad del estado. “¿Quién nos dice que estas chicas alegres no eran espías de China o de Rusia?” preguntaron varios. Bueno, no era para tanto. Con tal de molestar a Obama, hasta gradúan nuestras muchachas de Mata Haris.

Lo peor fue la tacañería del Servicio Secreto. Como bien dicen en Colombia, éso de no querer pagar la tarifa acordada resulta injusto e inmoral. Después de todo lo que Gabriel Silva luchó, en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, para que los cuartos traseros de los Estados Unidos no fueran importados a Colombia pagando tarifas muy bajas, que quebrarían los nacionales, vienen estos gringos a no querer pagar una tarifa decente por nuestros cuartos traseros o delanteros. Como quiera que haya sido. Con razón, el Embajador ha renunciado. Lo que sucedió fue indecente.

Y lo del Hotel Caribe, es cuento aparte. Cobran a las fufurufas que acompañan a los turistas que allí se hospedan una tarifa bastante alta y, después de que las exprimen, las obligan a salir a las 6 de la mañana, con semejante trasnocho y guayabo. No les dan siquiera un desayuno continental. Están violando los derechos humanos, especialmente los de las mujeres. Ya le anuncié a mi esposo que allí no me vuelvo a quedar. ¡Ni más faltaba!

sábado, 14 de abril de 2012

Para Hillary, esta vez tampoco será

Columna para periódicos de Colprensa que aparecerá este fin de semana.

Hillary Clinton es, sin duda, uno de los más exitosos Secretarios de Estado en la historia reciente de los Estados Unidos. Hoy es aplaudida por la opinión pública, los medios y periodistas en general, incluyendo a aquellos que antes no le tenían simpatía y la atacaban inmisericordemente. Su imagen se ha fortalecido hasta el punto de que sus porcentajes de aprobación son superiores a los del Presidente Obama.
Después de perder las primarias del partido demócrata frente a este último, muchos pensamos que la invitaría a acompañarlo como candidata a la Vicepresidencia.  Calculábamos que le aportaría un número alto de votos entre las mujeres y los sectores del partido que la respaldaban entusiastamente. Pero Obama no lo hizo así. Quizás no se sentía lo suficientemente cómodo con la que fue su contrincante inicial. Prefirió nominar a Joe Biden, quien como Vicepresidente lo ha hecho bien.
A Hillary le ofreció un importante premio de consolación: la Secretaría de Estado. Desde allí ha trabajado con lealtad, disciplina e inteligencia. Sus aportes a los triunfos internacionales de Obama y su gobierno han sido significativos. Ha logrado que su país aplique lo que ella llama “el poder inteligente” y otros denominan “el poder suave”. En momentos en que Estados Unidos enfrenta problemas económicos y presupuestales, la población se muestra reacia a apoyar nuevas aventuras militares tan costosas como las de Irak y Afganistán.  En consecuencia, frente a los retos internacionales que han surgido, se han combinado los recursos tradicionales del poder militar (duro), con la inteligencia, el uso de nuevas tecnologías en esta área, y las herramientas más suaves de la economía, la ayuda al desarrollo, la informática y la comunicación social.
Más allá de sus aportes a la estrategia, Hillary ha sorprendido por sus capacidades como gerente de la compleja telaraña de instituciones que dependen del Departamento de Estado y por el hábil manejo de problemas mundiales simultáneos,  grandes y diversos.
Con bastante anticipación, anunció que, después de este primer período de gobierno, se retirará de su puesto como cabeza del Departamento de Estado.
Los medios de comunicación y la opinión pública inmediatamente especularon que el Presidente, ante las dificultades para ser reelegido, esta vez si invitaría a Hillary como compañera de fórmula para la Vicepresidencia. Tampoco fue así. Obama no se animó a hacer a un lado al leal Biden, para llevar a una persona que, sin lugar a dudas, le aportaría muchos más votos y crecería la estatura de su gobierno. Es una lástima que Estados Unidos todavía no elija una mujer, tan preparada como Hillary, por lo menos para la Vicepresidencia.
Si Obama sale reelegido, existiría la posibilidad de que la dirigente se candidatice para la Presidencia en 2016.  Puede ser un poco tarde.  Estaría iniciando el período presidencial con 69 años y finalizándolo a los 73. 
Cualquiera que sea su actividad futura, le cabe la enorme satisfacción de terminar su gestión en la Secretaría de Estado como la más admirada líder de su país y la segunda mujer más poderosa del mundo.

jueves, 12 de abril de 2012

El poder del voto de los latinos y las mujeres

Publicado en mi blog DESDE WASHINGTON en Semana.com el 11 de abril, 2012.

Ya está listo el partidor para la carrera por la Presidencia de los Estados Unidos. Con el retiro de Rick Santorum de la larguísima primaria republicana, la competencia será entre el Presidente Barack Obama, ubicado a la izquierda del centro, y el exgobernador Mitt Romney, colocado a la derecha-derecha.

Si las elecciones fueran hoy, Obama sería muy probablemente el ganador. La encuesta de comienzos de abril de ABC News y el Washington Post le da la ventaja al Presidente con un porcentaje de 55 contra 41 del candidato republicano. Esa es una buena noticia para el candidato demócrata. La otra buena nueva es la de que su apoyo entre las mujeres es todavía más alto: 57 contra 38. Como se ha vuelto tradicional, el apoyo de los hombres para los candidatos republicanos es superior. En este caso, Romney obtendría el 57 por ciento de los votos masculinos y Obama tan sólo el 38 por ciento.

De allí que Obama tenga el mayor interés en solidificar el apoyo femenino. De éste grupo dependerá, en no poca medida, su triunfo en las elecciones.

Al mismo tiempo, Romney no podrá ganar si no mejora sus marcas con las mujeres. Su imagen entre ellas está muy debilitada, a punta de autogolpes del candidato y de los sectores más retrógrados de su partido. En momentos en que la gran preocupación de la mayoría de los norteamericanos, hombres y mujeres, radica en la economía y el empleo, enfocaron sus debates sobre temas que eufemísticamente denominan “sociales” y que tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos. Esos temas se creían superados desde hace muchos años. En su afán por cimentar sus credenciales de “auténtico conservador”, en las primarias Romney se alineó con la línea dura de su partido, especialmente la representada por algunos evangélicos y el ala más conservadora del clero. Para las elecciones generales le conviene suavizar las posiciones que adoptó en estas materias (y en las relacionadas con la justicia tributaria y redistributiva), pero posiblemente sea muy tarde.

Otro grupo que tendrá un poder muy relevante en los resultados de las próximas elecciones presidenciales será el constituido por los hispanos. En este caso, Obama no la tiene tan fácil. Llegó a la Presidencia en los hombros de los afro-americanos y los latinos. Se espera que mantenga el apoyo de los primeros, pero existen todavía dudas sobre la actitud que adopten los últimos el día de las elecciones. Las razones son diversas:
  • El gobierno no logró que el Congreso aprobara la llamada ley DREAM. O sea, la que permitiría que un grupo de personas indocumentadas obtengan la ciudadanía. De acuerdo con una de sus promesas de campaña, Obama presentó el proyecto por el cual menores indocumentados que cumplieran condiciones de buena conducta, entre otras, y se graduaran del bachillerato lograrían la residencia condicional. Para aquellos que llevaran a cabo estudios superiores, o sirvieran en las fuerzas armadas, al final de todo un proceso, luego de la residencia legal podrían llegar a obtener la ciudadanía. El proyecto fue aprobado en el Senado, pero fue derrotado en la Cámara de Representantes en diciembre del 2010. A pesar de que Obama ha seguido expresando su apoyo por esta ley, no la ha vuelto a presentar o logrado que los demócratas la revivan. Muchos hispanos están desilusionados.
  • Durante el actual gobierno, se han deportado muchos más inmigrantes ilegales que durante la administración Bush. Lo anterior ha sido el resultado del clima antimigratorio en muchos estados, las acciones llevadas a cabo por gobernadores republicanos y las del propio Departamento de Justicia que depende de Obama. Existe resentimiento entre las comunidades de hispanos. Dos de cada tres desaprueban la manera como se llevaron a cabo las deportaciones.
  • La tasa de desempleo entre los latinos (10,3 por ciento) es superior a la de la población en general (8.2 por ciento). Lo que es peor aún, con la crisis económica sus ingresos han disminuido sensiblemente, muchas familias han caído en la pobreza y ven cada día más lejanas las posibilidades de alcanzar “el sueño americano”. Sabemos que el gobierno de Obama heredó esta crisis, pero existía confianza de que la recuperación fuera más rápida.
A pesar de lo anterior, la encuesta publicada en diciembre por el Pew Research Center muestra que el 55 por ciento de la población hispana aprueba la labor del Presidente y que el 68 por ciento votaría por él.

Con toda el agua que falta por correr, para que Obama mantenga el alto volumen de votación hispana que contribuyó a su primera elección, necesitará que este grupo salga masivamente a votar en octubre, por entusiasmo frente a él y/o temor frente a las políticas económicas y sociales de Romney.