El impacto de la evolución económica y política en Venezuela seguirá siendo altamente negativo para la economía de nuestra región fronteriza. Sus empresarios deben mirar hacia los principales mercados nacionales y hacia otros países. La asociación entre los departamentos del Nororiente puede ser la clave para lograr las grandes inversiones en carreteras que se requieren.
Las inversiones en infraestructura y la creatividad de los empresarios deben liberar a nuestras regiones fronterizas de su atadura al futuro incierto e inestable de Venezuela.
En un primer escenario, si la salud le permite al Presidente Chávez presentarse como candidato y gana de nuevo las elecciones del año entrante, Venezuela profundizará sus experimentos para alcanzar el llamado “Socialismo del siglo XXI”. Las nacionalizaciones y los controles de precios se multiplicarán, la inversión privada será muy baja y las ineficiencias en su economía se agravarán. A pesar de que los precios del petróleo se mantengan en los altos niveles actuales, a mediano plazo su producción no podrá aumentar significativamente, dados los rezagos en la inversión por parte de PDVSA. Los controles de divisas continuarán y los pagos a los proveedores internacionales se complicarán. Es de prever que el crecimiento de la economía venezolana, durante 2013 y 2014, sea bajo. Este año y el entrante la economía podrá crecer mejor, teniendo en cuenta que los gastos gubernamentales aumentarán significativamente durante el período electoral.
Si el escenario fuera el de que la oposición se mantiene unida y su candidato gana, el cambio será lento y podrá estar plagado de conflictos políticos y sociales. No resultará fácil revertir el entramado de normas expedidas durante los 12 años del gobierno de Chávez y crear de nuevo la confianza necesaria para que la inversión privada vuelva a prosperar. La recuperación de la economía venezolana también tomará tiempo.
De todas maneras, será muy difícil, sino imposible, recuperar a mediano plazo los niveles de exportaciones que las empresas alcanzaron en 2008 y 2009.
Mientras tanto, y si la economía de los Estados Unidos y la mundial no sufren un nuevo traspié, las perspectivas de la economía colombiana son altamente positivas. Estaremos creciendo a tasas superiores al 5 por ciento. Se espera que las políticas del gobierno del Presidente Santos conduzcan a ampliar las oportunidades de empleo y de ingresos para los pobres y la clase media, de manera que su demanda por bienes y servicios aumente saludablemente. Los productores de nuestras regiones fronterizas y de todo el oriente colombiano podrían participar para satisfacer esta demanda.
También existirán posibilidades de exportación hacia los mercados de países de alto crecimiento, como Brasil, Perú y China, y hacia los Estados Unidos.
La gran limitante para la competitividad de los productores de las zonas fronterizas y de todo el Nororiente son las vías. No sólo la de Cúcuta-Bucaramanga-Bogotá, que se planea mejorar, sino la de nuestra conexión con otras rutas en las que el gobierno invertirá, para integrar las grandes ciudades y facilitar la salida hacia los puertos del Atlántico y el Pacífico. Norte de Santander, Santander, Arauca, el Norte de Boyacá y Casanare comparten los mismos problemas de conectividad que les impiden ser más competitivos y conquistar mercados distintos al venezolano.
La financiación de los estudios y diseños de las futuras obras requieren recursos importantes. Las inversiones necesarias para ejecutar las carreteras serán muy cuantiosas. ¿Cómo financiarlas?
El Acto Legislativo que modificó el uso de las regalías establece la creación de Fondos de Compensación Regional para financiar proyectos regionales. Dará prioridad, entre otras, a las zonas fronterizas. Más allá de las regalías que los departamentos del Nororiente sigan recibiendo directamente, la canalización de los recursos de estos Fondos dependerá de la capacidad de asociación que demuestren los departamentos y de la presentación de proyectos de alto impacto.
Teniendo en cuenta que el período electoral colombiano será un cuello de botella para que los gobernadores actuales puedan llegar a acuerdos de asociación, definir los proyectos prioritarios, realizar los primeros estudios y presentarlos a la consideración del futuro Fondo, las Cámaras de Comercio podrían ir avanzando, de manera que los nuevos gobernadores encuentren un inventario de proyectos con estudios iniciales. Posteriormente, los gobiernos departamentales deberían recoger las iniciativas, avanzar en el proceso de asociación y buscar el financiamiento para los estudios de factibilidad y los diseños. Sé que algunas Cámaras están ya trabajando en este sentido. Hay que aplaudir su iniciativa y animarlas para que continúen por ese camino.
Si los recursos del Fondo de Compensación Regional no fueren suficientes para garantizar el financiamiento total de las obras, podría recurrirse a un crédito de instituciones multilaterales como el BID.
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