martes, 11 de diciembre de 2012

Venezuela, entre el desconcierto y la esperanza


El futuro inmediato de Venezuela es complejo. Lo que suceda dependerá de la fecha en la que el Presidente Chávez se tenga que retirar o fallezca, la actitud de las fuerzas armadas, la unidad de los partidos oficialistas y la inteligencia y coherencia de la oposición.
El Presidente Chávez sorprendió a los venezolanos y al mundo entero el pasado sábado 8 de diciembre, al anunciar, de manera dramática, que ha sufrido una recaída en el cáncer que lo aqueja desde hace año y medio. Por primera vez reconoció que puede quedar impedido para continuar en su cargo, o tomar posesión para el nuevo período que se iniciará en enero del año entrante. Chávez pidió que se apoye a Nicolás Maduro como su sucesor.
La selección de Maduro estaba cantada. Al fin y al cabo, desde octubre Chávez sacó a Elías Jaua de la Vicepresidencia y lo sustituyó por su Ministro de Relaciones Exteriores. A Jaua lo envió como candidato a la gobernación del Estado Miranda, ocupada hasta este momento por el excandidato presidencial de la Mesa de Unidad, Henrique Capriles. A Diosdado Cabello, otra de las personas de su confianza, y líder del ala militarista dentro del chavismo, lo dejó en la Presidencia de la Asamblea Legislativa y a la cabeza del partido de gobierno (PSUV).
Mientras Chávez continúe vivo y consciente,  las distintas tendencias dentro del chavismo mantendrán la apariencia de unidad y respetarán sus deseos y órdenes. Lo que pase después dependerá de varios factores, entre ellos la fecha en que Chávez se tenga que retirar o fallezca, la actitud de las fuerzas armadas y la inteligencia y coherencia de la oposición.
Los escenarios que en este momento se vislumbran en Venezuela son los siguientes:
1.    Chávez no sale vivo de la cirugía a la que hoy está siendo sometido o fallece antes del 16 de diciembre, día de las elecciones de gobernadores. En esas circunstancias, el pueblo chavista, adolorido y emocionado, saldrá a votar masivamente en honor a su jefe y elegirá, en casi todo el país, a los candidatos oficialistas. Los estados Táchira y Mérida, los únicos en donde Chávez perdió en la última elección presidencial, tienen altas posibilidades de continuar en manos de la oposición. De lo que pase con Capriles en Miranda, estado en el que Chávez ganó por muy pocos votos (menos de seis mil) dependerá en gran medida el futuro electoral de la oposición. 
 
    Si ese fuera el calendario de los acontecimientos, el gobierno tendría que llamar a elecciones presidenciales dentro de los siguientes 30 días. En el caso de que Capriles gane la elección como gobernador, sería coronado como el candidato indiscutible de la oposición. En este escenario, la probabilidad de que una oposición vigorizada gane la presidencia no es insignificante. Capriles acaba de recorrer todo el país, es una figura reconocida e iniciaría la competencia con una buena parte de los seis millones de votos que obtuvo frente a Chávez. 
 
    Ahora bien, si pierde en Miranda, surgirán otras aspiraciones dentro de los partidos y movimientos de la oposición y el candidato será otro u otros que partirán prácticamente de cero. Si la oposición se divide, quedará muerta. Si se mantiene cohesionada alrededor de un candidato nuevo, la  posibilidad de ganarle a un oficialismo todavía unido, y con la maquinaria y el presupuesto del gobierno al servicio de la candidatura de Maduro, será  baja.
 
2.    Chávez sobrevive la operación y se recupera lo suficiente para posesionarse en enero y ejercer la presidencia por un tiempo más, así sea de manera precaria. En ese escenario, en la medida en que el debilitamiento de la salud del Presidente se vaya haciendo más visible, con el correr del tiempo las aspiraciones de los distintos sectores dentro del oficialismo se harán más evidentes y las divisiones y luchas internas por heredar el poder crearán problemas de gobernabilidad. En un escenario como éste, la oposición tendría el tiempo y la oportunidad para reagruparse, definir estrategias ganadoras y seleccionar un candidato de unidad fuerte.
 
3.    Chávez sobrevive la operación pero renuncia de inmediato. Regresa al país para supervisar y apoyar la elección de Maduro. Si este fuera el escenario, la presencia de Chávez garantizaría la unidad de los partidos de gobierno, durante el corto período electoral de 30 días, y el triunfo de Maduro como Presidente. Las probabilidades de que la oposición gane, con Capriles o sin Capriles como candidato, serían extremadamente bajas.
 
En cualquiera de estos escenarios, el futuro inmediato de Venezuela es complicado y las posibilidades electorales de la oposición, bajas. En la eventualidad de que se presentara el primer escenario y pudiera lograr el triunfo, llegaría al gobierno en una situación de debilidad.

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